El modelo educativo se sustenta en un programa académico orientado a satisfacer las demandas del sector productivo al que sus egresados se incorporarán bajo una pedagogía de “aprender – haciendo”, con una clara conciencia del cuidado del entorno social y ecológico, la generación de alianzas estratégicas y el desarrollo regional.
El concepto de residencia universitaria cobra especial importancia pues la formación de hábitos y actitudes se refuerza mediante la convivencia e interacción diaria con sus compañeros y profesores, así como con los expertos que los asesoran y acompañan.
La agricultura protegida en el mundo, y en México en particular, es una de las economías más fuertes del sector primario. En la última década su ritmo de crecimiento ha sido del 12% promedio anual, lo que genera alrededor de 10,000 nuevos empleos al año.
El surgimiento de invernaderos como alternativa de producción agrícola ante el cambio climático y ante la necesidad de optimizar los recursos en la agricultura, demandan una formación práctica y orientada a resultados.